Hace ya dos años, en 2019, se aprobó una nueva normativa ambiciosa por parte de la Unión Europea cuyo objetivo era luchar contra la contaminación plástica.
Entre otras cosas, busca la retirada de plásticos de usar y tirar para los que ya existen alternativas, mediante la prohibición de estos, anteriormente citados.
Además, en la nueva ley consta la prohibición de la distribución de plásticos no reutilizables, teniendo que cobrar un impuesto medioambiental por cada uno de los productos de plástico que se entreguen al consumidor, quedando reflejado en la factura de manera separada.
Para aquellos que no existen aún alternativas, se exigen nuevas normas en cuanto al diseño de los productos fabricados con plástico, como por ejemplo, los tapones de las botellas de plástico deberán quedar unidos a los recipientes a los que pertenecen.
Por otra parte, la directiva apuesta por nuevos objetivos de reciclaje y nuevas normas como la obligación de los bares de ofrecer a los clientes agua del grifo gratis o buscar otra alternativa al plástico.